Los duros de plata españoles, emitidos entre 1869 y 1899, son una de las piezas más emblemáticas de la numismática española. Durante este periodo, la peseta se consolidó como moneda oficial, y el duro, equivalente a 5 pesetas, se acuñó en plata de ley 900.

Su emisión fue esencial para respaldar el sistema monetario en un contexto de estabilidad relativa tras la unificación monetaria. A lo largo de las décadas, los duros pasaron por diversos diseños, reflejando cambios políticos y económicos. Estos incluyen representaciones de la corona, la figura de Alfonso XII y símbolos del Estado.

En cuanto a las rarezas, destacan los duros de 1878, con errores de acuñación como variaciones en la disposición de las letras o en el peso y diámetro, lo que les da un valor especial entre los coleccionistas. Además, la transición de la monarquía en este periodo dejó una huella particular en las emisiones. La calidad de la plata y el peso de estas monedas hacen que los duros sean altamente valorados hoy en día